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domingo, 9 de enero de 2011

Artículo del profesor Alejandro Inurrieta sobre la biomasa

A continuación hacemos un resumen del artículo realizado por el profesor Inurrieta en El País. Es un buen artículo sobre las ventajas de la biomasa, y supongo tendrá un efecto positivo sobre el sector, dado que es importante que sus bondades aparezcan de forma más frecuente en los medios de comunicación, por lo que vamos a hacer una pequeña síntesis de su trabajo. Nos alegramos que medios de comunicación como El País recoja artículos como este. Los aspectos fundamentales del artículo, con alguna matización nuestra son:
  • Entorno mundial malo, especialmente en España por el modelo de crecimiento.
  • No todos los países productores a nivel mundial apoyan la lucha contra el cambio climático.
  • Objetivo Europa: 20/20/20: llegar a un 20 % de consumo de renovables, reducción de un 20 % de los gases efecto invernadero, aumento de la eficiencia energética de un 20 %. Para ello España, debería tener un 64 % del crecimiento de electricidad ha de ser cubierto por renovables, aunque en estos momentos ese objetivo ya estaría cubierto en España. Recordemos que el 35 % se ha cubierto con renovables el año pasado.
  • Hace alusión al fraude en las renovables para indicar que la situación es confusa. Permítame señor profesor que el que ha creado la confusión es el gobierno limitando las tarifas a través del número de horas, situación que no ha pasado desapercibida por la prensa internacional. La confusión, perdónenos, la crearon las administraciones al no establecer los cupos que previamente estaban diseñados: fue un cajón desastre que ha provocado lo que ha provocado. Por cuatro que hicieron trampas no puede repartir las culpas echándole la culpa en general a la confusión.
  • Habla que el nuevo PER es una ocasión única para impulsar la biomasa, cosa que estamos de acuerdo, pero es una ocasión que ha sido ignorada totalmente. La previsión de instalación de biomasa se ha reducido un 40 % respecto al plan anterior.
  • Entre las ventajas: Tiene repercusiones positivas en el medio ambiente frente al uso de combustibles fósiles, crea empleo mediante las labores de limpieza de bosques y por la generación de cultivos energéticos y es la renovable que mayor planificación alcanza, al funcionar las 24 horas del día. Además reduce la dependencia energética.
  • Abunda en el efecto neutro de las emisiones de CO2 en cuanto la captación por parte de los cultivos es más alta que la que posteriormente se genera con la quema, contando con tecnologías que reducen totalmente las emisiones.
  • Respecto a las labores de silvicultura en los bosques, resulta beneficiosa en cuanto reduce el riesgo de incendios, mejora los espacios y además ayuda a la regeneración natural de la biomasa en los bosques.
  • El desarrollo de la biomasa podría permitir generar 2.000 millones de euros de rentas del trabajo y más de 80.000 empleos: el desarrollo de la biomasa permite generar nueve empleos inducidos por cada megavatio instalado, especialmente en el sector rural y forestal.

TRIBUNA: ALEJANDRO INURRIETA


La biomasa, una apuesta limpia y eficiente


La economía mundial se enfrenta a un gran dilema en los próximos años. La coyuntura económica es manifiestamente mala y las expectativas no auguran una recuperación sólida en casi una década. La destrucción de empleo y la pérdida de capacidad productiva en Occidente han supuesto un trasvase de buena parte de la industria hacia Oriente, con el consiguiente aumento de la contaminación, a lo que hay que unir la nula disposición al control de las emisiones por parte de muchas potencias económicas, entre ellas EE UU o Brasil y la propia China.

Este falso dilema entre producción y contaminación o entre consumo y contaminación está llevando al planeta a una difícil tesitura. Las emisiones de CO2, el efecto invernadero o el calentamiento del planeta están en la agenda política, pero todavía no en el subconsciente social. En este impasse, las energías renovables avanzan, pero todavía no permiten ser optimistas respecto al cumplimiento de las estrategias definidas por los principales organismos multilaterales y políticos.

En el caso de la UE, en 2009 publicó la llamada estrategia 20/20/20, con el horizonte de 2020. En ella se buscaba que el 20% de la energía primaria debería ser producida con fuentes renovables, reducir un 20% las emisiones de CO2 a la atmósfera y aumentar la eficiencia energética en un 20%. Sin embargo, en el caso de España está obligada a redactar un nuevo Plan de Energías Renovables, ya que el PER 2005-2010 no ha alcanzado sus objetivos y las nuevas exigencias para España son todavía mayores. El cumplimiento de los objetivos de la UE requiere que el 64% del crecimiento energético en España se atienda con renovables, frente a un 86% en toda la Unión.

Con estas premisas, el panorama de las energías renovables en España es confuso, pues están confluyendo problemas legales relacionados con fraude, con una cierta inseguridad jurídica y una falta de planificación creíble, lo que está dañando la producción y sobre todo la credibilidad. Estos problemas se concentran especialmente en el sector fotovoltaico y eólico, sectores que han explosionado en los últimos años, en parte debido a las primas elevadas que funcionaban como un efecto llamada en un momento de crisis económica.

Como complemento a las renovables más utilizadas, no hay que olvidar que la biomasa es mucho más barata y, si acaso, más eficiente. Por ello, el nuevo PER supone una oportunidad única para que España impulse el desarrollo de la biomasa forestal, aprovechando las ventajas económicas y ambientales asociadas a su producción y explotación. La producción de electricidad mediante biomasa forestal presenta tres grandes ventajas que la hacen única respecto a otras energías renovables. En primer lugar, es la fuente renovable más beneficiosa para el medioambiente y multiplica la reducción de emisiones frente a los combustibles fósiles. En segundo lugar, como se puede cultivar y potenciar su desarrollo productivo, es la fuente renovable que más empleo genera por unidad de energía producida y su cultivo permite la creación de riqueza y cohesión social, especialmente en ámbitos y zonas rurales degradadas, proporcionando así una alternativa al empleo agrícola. Por último, es la fuente renovable más estable de todas, capaz de producir energía las 24 horas del día, ya que no depende de que haga viento, luzca el sol o fluya el agua. Además, es más barata de producir y España tiene unas condiciones únicas para su desarrollo, lo que contribuiría a reducir aún más las importaciones energéticas.

Yendo algo más al detalle, las ventajas medioambientales son muy significativas. La biomasa presenta un balance positivo en captura de emisiones de CO2. Las plantaciones de cultivos forestales actúan como sumideros masivos de CO2, a lo que hay que unir que el CO2 emitido en la generación de energía es menor que el captado de la atmósfera previamente por los cultivos forestales. Además, el proceso de captura de CO2 es especialmente eficiente en cultivos forestales energéticos. En esencia, el desarrollo de la energía con biomasa en España podría permitir ahorrar hasta 12 millones de toneladas de CO2.

Otra ventaja es la gestión forestal sostenible, específicamente la relacionada con la recogida y limpieza de la biomasa que se acumula en los bosques. Esta tiene tres ventajas esenciales. Una es que reduce el peligro de incendios, otra es la mejor utilización de espacios y por último el apoyo a la regeneración natural de la masa principal. Finalmente, el aprovechamiento de la biomasa repercute en la reducción de vertidos y quemas incontroladas de residuos agrícolas, el cierre de la cadena monte-industria, eliminando residuos por falta de mercado o carencia de tecnología, lo que resuelve los problemas de acumulación y eliminación.

Si a todo eso sumamos que el desarrollo de la biomasa podría permitir generar 2.000 millones de euros de rentas del trabajo y más de 80.000 empleos, estamos ante un reto que no se debería soslayar por más tiempo. No hay que olvidar que el desarrollo de la biomasa permite generar nueve empleos inducidos por cada megavatio instalado, especialmente en el sector rural y forestal.

En conclusión, ante lo que España necesita en el futuro en materia de renovables, hay que tener muy en cuenta la biomasa forestal, sin descuidar el resto, pero sí tener en cuenta las ventajas comparativas de esta forma de energía en materia de soluciones ambientales, empleo y ahorro energético, sabiendo que hay empresas nacionales muy competitivas.


Alejandro Inurrieta es profesor del IEB.

Para ver el artículo original pinche aquí.

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